Casi todo el mundo ha oído hablar de la artritis y los síntomas que causa. Pero la mayoría de las personas desconocen que existen diferentes tipos de artritis.

El tipo más común es la osteoartritis (OA), que ocurre como resultado del envejecimiento y del desgaste y ruptura en una articulación. Es una enfermedad que frecuentemente se asocia con la edad (ya que es más frecuente a partir de los 60 años), y representa 8 de cada 10 casos de artritis.

La artritis reumatoide (AR) es menos común, y probablemente menos conocida. Este tipo de artritis puede ocurrir a cualquier edad a partir de los 16 años en adelante. (La artritis que ocurre antes de los 16 años se denomina artritis juvenil).

Osteoartritis y Artritis Reumatoide:¿En qué se diferencian?

OA y AR tienen ciertos síntomas en común. Ambas enfermedades resultan en un severo dolor en las articulaciones, inflamación y rigidez. Sin embargo, las causas de estas enfermedades son diferentes.  

La Artritis Reumatoide es una enfermedad inflamatoria autoinmune que afecta a las articulaciones. El sistema inmunológico actúa de manera errónea atacando al cuerpo en lugar de protegerlo. Es muy diferente a la osteoartritis. Es una enfermedad sistémica, y puede afectar a otros órganos como los ojos, los pulmones y el corazón. Tener otra enfermedad autoinmune es relativamente frecuente y la AR puede ocurrir junto con anemia, síndrome del intestino irritable (SII), enfermedad de Crohn y colitis, síndrome de Sjögren, síndrome secundario de Sjögren o uveítis.

¿Qué personas tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con artritis reumatoide?

Mientras que la osteoartritis es una enfermedad que resulta del desgaste y ruptura de las articulaciones y que generalmente afecta a las personas mayores (más de 60 años); la artritis reumatoide puede afectar a cualquier edad a partir de los 16 años. AR se diagnostica más frecuentemente entre los 40 y 60 años. Las mujeres tiene un mayor riesgo de ser diagnosticadas con esta enfermedad. No se comprende exactamente por qué, pero la enfermedad afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres.

La severidad de los síntomas en las personas que viven con AR puede variar bastante. La enfermedad suele manifestarse a través de inflamación, enrojecimiento, calor y rigidez en las articulaciones, dolor al moverlas y sensibilidad al tocarlas.

El dolor y la fatiga son dos de los síntomas más predominantes en la Artritis Reumatoide. La fatiga que los pacientes con AR experimentan no se parece al cansancio habitual. Es mucho más intensa y difícil de soportar. Es muy común también tener síntomas como los de la gripe, especialmente en las primeras etapas de la AR, antes de que la enfermedad esté fuera de control.

Los síntomas de la AR pueden afectar a todas las articulaciones del cuerpo, pero la enfermedad se suele notar primero en pies y manos. En algunos caso los síntomas se pueden desarrollar de manera simétrica. La intensidad de los síntomas puede cambiar, con periodos de crisis.

Otros síntomas que pueden ocurrir como resultado de la artritis reumatoide incluyen:

  • Falta de energía
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Sudor
  • Pérdida del apetito

La Artritis Reumatoide puede afectar también al corazón, los pulmones y los ojos. En estos casos los paciente pueden experimentar dolor en el pecho y sequedad ocular.

La enfermedad invisible

La Artritis Reumatoide es conocida también como “la enfermedad invisible” lo que significa que no es una enfermedad obvia para otros. Esto hace difícil que la gente comprendan la gravedad  de esta enfermedad y cómo afecta en la vida diaria de las personas afectadas.

La AR afecta en todos los aspectos de la vida, tanto físicos como emocionales. Es una enfermedad muy dolorosa que hace que las actividades diarias sean difíciles de realizar; como preparar una taza de café, ducharse o preparar el desayuno.

El dolor y la frustración pueden estar presentes durante todo el día, aunque las mañanas pueden ser especialmente difíciles. Esto se debe a que la rigidez de las articulaciones es más severa al comenzar el día. Normalmente puede llevar entre 30 a 60 minutos antes de que las personas afectadas se puedan poner en marcha, haciendo que sea difícil llegar al trabajo o llevar los niños al colegio.

¿Cómo se trata la artritis reumatoide?

No existe una cura para la artritis reumatoide, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas.

La medicación es crucial para la personas que viven con artritis reumatoide, aunque cambios en el estilo de vida como llevar una dieta saludable y equilibrada, hacer ejercicios de manera regular y mantener un peso óptimo ayudarán también a controlar la enfermedad.

Sin embargo, no existe una alternativa a la medicación para controlar la inflamación. El medicamento más usado es Metotrexato: un medicamento para el cáncer que es usado en reumatología en dosis mucho más pequeñas (que para el cáncer) para amortiguar la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo. Los esteroides también se pueden usar en ciertos momentos para tratar la AR. 

Es importante recibir tratamiento para la AR ya que puede prevenir o reducir la extensión del daño permanente de la articulación. Cuando intentamos controlar una enfermedad crónica como la artritis reumatoide, puede llevar un tiempo establecer la mejor opción de tratamiento.

Desde el cambio de siglo, los tratamientos biológicos también se han utilizado para tratar a los pacientes con AR que no responden a los fármacos modificadores de la enfermedad, como el metotrexato.

Ejemplos de fármacos biológicos incluyen infliximab y etanercept. Estos se administran por inyección.

Una vez que una persona ha sido diagnosticado con la enfermedad, trabajará con su médico de cabecera y reumatólogo para establecer el tratamiento que mejor se adapte a las condiciones individuales de una persona.

La artritis reumatoide es una enfermedad heterogénea que se manifiesta de manera de manera diferente en las personas. Esto hace que sea difícil dar con el mejor tratamiento para cada persona.

¿Qué tratamientos depara el futuro para la Artritis Reumatoide?

Según la Organización Mundial de la Salud se estima que la AR afecta hasta un uno por ciento de la población mundial. Continuas investigaciones sobre la enfermedad significa que existe la esperanza de un nuevo tratamiento en el futuro.

Una importante área de investigación se centra en la actualidad en la identificación de biomarcadores. Los marcadores biológicos se encuentran en la sangre y los tejidos y pueden ayudar a los médicos a ser más preciso al adaptar un medicamento a un individuo, lo que es un gran problema cuando se trata de una enfermedad diversa como la AR. Los biosimilares, en sustitución de los productos biológicos originales a medida que salen de la patente, están empezando a entrar en el mercado, y vamos a ver un aumento de estos en los próximos años.

Otro gran avance en el tratamiento de la AR es la introducción de los inhibidores de JAK. Estos medicamento orales son mucho más accesibles que las inyecciones.

¿Puede el ejercicio ayudar en la artritis reumatoide?

Al igual que con cualquier otra enfermedad crónica, es vital seguir el plan de tratamiento que el médico o especialista determine.

Sin embargo, ciertas medidas en lo que se refiere al estilo de vida, en particular el ejercicio físico, puede beneficiar a aquellos que padecen AR y ayudarles a estar lo más sanos posibles.  

Los pacientes con artritis reumatoide tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, y el ejercicio juega un rol principal en minimizar esto. Existen muchos estudios que han demostrado que el ejercicio cardiovascular que incrementa el ritmo cardiaco, como andar, nadar, y montar en bicicleta son los mejores ejercicios para la gente con AR, al mismo tiempo que minimizan el impacto en las articulaciones.

Los ejercicios de fuerza son también importantes para mantener fuerte la musculatura que rodea a las articulaciones. Sin embargo es difícil educar a la gente al respecto, ya que la idea de hacer ejercicio cuando tenemos dolor puede parecer contraproducente al principio.  

Vivir con Artritis Reumatoide

Ser diagnosticado con una enfermedad crónica es a menudo una experiencia complicada. Entonces, ¿qué pueden hacer aquellos que son diagnosticados con AR, y las personas que les rodean para convivir con la enfermedad?

Para aprender a convivir con una enfermedad crónica como la AR se necesita apoyo y compresión. Cuánto más se sepa sobre la enfermedad, más capacitado estarás para comprender los síntomas. Si es posible, esto debe extenderse a los familiares, amigos y compañeros de trabajo. Si les ayudas a comprender la enfermedad, aumentarás el número de personas que te apoyen, lo que puede hacer tu vida más fácil.

Puede parecer complicado hablar del tema con amigos y compañeros de trabajo, pero compartir tus experiencias y conocimiento puede ayudar a hacer más fácil tu vida social y en el trabajo.

El apoyo de otras personas es un factor muy importante para la gente que vive con AR. Sin embargo, mucho gente tiene miedo de revelar su enfermedad, especialmente en el trabajo por temor a que pueda afectar en su carrera profesional.

La artritis reumatoide es una enfermedad invisible ya que no es posible ver el dolor y la fatiga. Esto puede hacer que las personas afectadas no admitan que están sufriendo por miedo a ser catalogados como “quejicas”. Lo más importante es que los familiares, amigos y compañeros de trabajo adquieran conocimiento sobre esta enfermedad para que puedan apoyar a la persona afectada.