Propósitos Año Nuevo

Para muchos Enero es el mes elegido para comenzar una nueva vida con hábitos más saludables.

Esto puede significar dejar de fumar, no beber durante un mes entero (o dejarlo para siempre), comenzar a hacer ejercicio, o perder algunos kilos.

Aunque todos comenzamos el primer día de Enero con optimismo, al finalizar el mes este puede haberse evaporado. Mantener el nuevo estilo de vida que nos habíamos propuesto puede ser más complicado de lo que pensábamos en un principio. Estudios recientes muestran que el 66 por ciento abandonan sus propósitos de año nuevo antes de que acabe el mes de Enero.

A continuación te traemos algunos consejos para ayudarte a mantener tus nuevos hábitos saludables.

Intentar demasiado de golpe

Diciembre es un mes de excesos para la mayoría. La típica dieta que alguien sigue durante las Navidades puede ser mucho más calórica o alta en azúcares saturados que la que se sigue durante los once meses anteriores.

Igualmente, los eventos sociales hacen que bebamos más alcohol durante Diciembre; y como consecuencia los fumadores pueden incrementar también el número de cigarrillos al día.

Además, muchos no pisarán el gimnasio durante semanas y aplazarán el tema del ejercicio para Enero.
Como resultado de estos excesos, tendemos a no solo crear un propósito de año nuevo sino más bien un largo listado: una persona puede decidir dejar de fumar, dejar de beber, comenzar una dieta baja en calorías, y comprometerse con un programa de ejercicios todo a la vez.
Pero por supuesto, cuantos más cambios intentemos a la vez, más difícil será de mantenerlos.

Un mejor enfoque sería dividir estas metas en diferentes elementos, e intentar conseguir uno o dos al mismo tiempo. Introducir los nuevos hábitos saludables en etapas puede hacer también que sean más fáciles de implementar y mantener.

Por ejemplo alguien que está dejando de fumar, podría encontrar muy difícil dejar el alcohol al mismo tiempo. Puede ser más fácil comprometerse a beber menos cantidad, en lugar de dejarlo de golpe, al menos hasta que hayan pasado las primeras y complicadas semanas de dejar de fumar.

Otro ejemplo podría ser: alguien que está comenzando un intenso programa de ejercicios puede encontrar de ayuda para aclimatarse no cortar drásticamente el consumo calórico al mismo tiempo. Para muchos comenzar con una dieta sana y luego comenzar con un programa de ejercicios (o viceversa) puede ser una mejor opción durante las primeras semanas.

La presión de los compañeros en Enero

Aunque preparar los propósitos de año nuevo es un ejercicio individual, el hecho de que todos lo hagamos al mismo día lo convierte en algo grupal . Cuando comenzamos con ellos, otros muchos lo harán al mismo tiempo.

Muchos encuentran de gran ayuda la camaradería a la hora de adoptar cambios en el estilo de vida. Los fumadores intentando dejarlo pueden encontrar que es más fácil conseguirlo si lo hacen con alguien a la vez. De igual manera, puede resultar más sencillo ir al gimnasio si lo hacemos acompañados.

Pero establecer nuevos hábitos saludables al mismo tiempo que amigos, familiares o compañeros de trabajo no es siempre sinónimo de éxito. Para muchos, la presión de no fallar puede incrementarse. Además, cuando una persona adopta nuevos hábitos saludables con alguien, y uno de los dos tira la toalla, el otro puede perder la motivación también.

Para otros que están intentando adoptar una dieta saludable en Enero, el exceso de noticias sobre el tema y la masiva publicidad de productos dietéticos, puede llevarles a la saturación hasta el punto de perder la confianza por la diversidad de teorías.

Teniendo esto en cuenta, Enero no es siempre el mejor mes para comenzar con nuevos propósitos saludables, y la presión por triunfar en la presencia de otros puede hacer que la meta sea más difícil de conseguir. Para muchos, quizá sea mejor elegir otro mes en el calendario.

Igualmente, Enero no es el único mes en el que nos podemos apuntar al gimnasio; de hecho la masificación que experimentan durante este mes puede ser perjudicial.

En lugar de esto, debes comprometerte a adoptar nuevos hábitos saludables en una época que sea más adecuada para ti, lo que te dará una mayor posibilidad de éxito.

Cortar por completo con nuestros pequeños caprichos

Un régimen saludable puede adoptar diferentes formas. Algunos pueden interpretar una dieta saludable como la completa omisión de “caprichos”, tanto si es una comida fuera de casa, dulces o alcohol.

Pero cortar por completo con nuestros “caprichos”, puede ser difícil; e implica el riesgo de que en el momento que fallemos una vez y caigamos en la tentación, podríamos desmotivarnos por completo y volver a nuestros hábitos alimenticios pasados.

La clave está en encontrar un equilibrio. Estos “caprichos” no tienen porque ocurrir de manera regular, pero la nueva dieta tiene más posibilidades de éxito si nos permitimos un “capricho” eventualmente. Tanto si es una comida a la semana, un postre o una copa durante el fin de semana. Permitir estas recompensas como premios ocasionales te ayudarán a mantener tu plan de dieta saludable.

Exito total o fracaso absoluto

Los propósitos de año nuevo tienen dos posibles resultados: éxito total o fracaso absoluto.

Por lo tanto, los propósitos pueden generar eventualmente una sensación negativa psicológica. Un desliz puede echar por la borda todo el trabajo duro.

Dependiendo de nuestra interpretación podemos considerar como un “desliz” cualquier cosa. Puede ser dar una calada a un cigarrillo, beber una copa, tomar un trozo de tarta, o saltarse un día de gimnasio.

Una vez que la persona está persiguiendo el propósito ha “fallado”, puede desmotivarse de nuevo y tener dificultades para mantener ese nuevo hábito saludable.

Por lo tanto, puede ser de ayuda adoptar estos nuevos hábitos saludables como “compromisos”, en lugar de propósitos. Esforzarse por alcanzar los objetivos a través de acciones positivas, en lugar de centrarse en las consecuencias negativas de no permanecer dentro de los estrictos límites impuestos, podría ser una mejor manera de mantener un estilo de vida saludable.

Por ejemplo, en lugar de hacer la promesa de ir al gimnasio cinco veces seguidas a la semana, sin establecer unas metas concretas, podrías apuntarte a una carrera benéfica en primavera, y hacer la promesa de entrenar al menos tres veces a la semana para estar preparado. Esto ofrece un objetivo real por el que trabajar (y significa que no te mortificaras si una semana solo puedes entrenar tres veces).

Marcar un calendario puede también ayudar en establecer aquellos hábitos saludables que consisten en abandonar algo. Por ejemplo, en lugar de no tomar nunca más tarta de chocolate a partir del uno de Enero, puedes comprometerte a no probarlo durante el mes de Enero. Una vez que has conseguido pasar un mes sin comer tarta, puede ir más lejos e intentar conseguir un segundo mes.

Refuerzos negativos

Muchos de nosotros vemos en los refuerzos negativos una herramienta útil para mantener un estilo de vida saludable.
Quizás el mejor ejemplo es el de pagar por adelantado doce meses de gimnasio. La psicología detrás de esto es la de pensar: “he pagado por doce meses, por lo que si no voy al gimnasio estaré tirando mi dinero”.

Llenar el frigorífico con grandes cantidades de frutas y vegetales podría ser otro ejemplo: “Si no me como todo, tendré que tirar comida”.

Sin embargo, esto puede conducir a un pensamiento negativo sobre los hábitos saludables: en lugar de ser buenos para nuestros, podemos verlos como algo caro o laboriosos.

Cuando nos embarcamos en un estilo de vida saludable, es mejor adquirir solo compromisos positivos, los cuales sean adecuados para nosotros y nuestra situación.

Por lo que esto podría ser coger un mes de prueba en el gimnasio, y luego extender la matrícula cuando estés seguro de que el ambiente y las clases que ese gimnasio ofrece son adecuados para ti.

En lugar de llenar la despensa con cantidades industriales de frutas y vegetales y forzarte a comer todo, simplemente compra la cantidad que sepas que vas a comer con tranquilidad y compra más cuando lo necesites.