La ansiedad ante los problemas de salud, también conocida como hipocondría, no es un fenómeno nuevo.

Desde el nacimiento de la medicina (e indudablemente antes de esto), las personas con o sin ninguna afección se han preocupado por su salud y por las posibles enfermedades. Y en las personas con hipocondría, esta preocupación puede desarrollarse hasta límites en los que se llega a convertir un problema de salud real.

No hace falta mencionar, que con la presencia de internet en los hogares, la información con respecto a la salud y a las enfermedades se ha vuelto mucho más accesible.

Para muchos, particularmente aquellos que viven con una enfermedad crónica, internet puede ser una herramienta de gran utilidad. Les permite encontrar grupo de apoyo y organizaciones que pueden ofrecer ayuda y consejo sobre esa enfermedad en particular. Puede ser también de utilidad para aquellas personas que quieren realizar cambios en su estilo de vida para mejorar la salud, y aprender sobre nutrición y ejercicio físico.

Pero el acceso a una información demasiado detallada sobre enfermedades, algunas de la cuales pueden ser graves pero raras al mismo tiempo, ha exacerbado la preocupación de aquellas personas que padecen hipocondría, dando lugar a un nuevo fenómeno llamado: cibercondría.

Como hablaremos en este artículo, la cibercondría es una preocupación creciente entre los profesionales de la salud.

Cibercondría

En el año 2001, la cadena de televisión BBC hablaba de una nueva enfermedad a la que tenían que enfrentarse los profesionales de la salud y que adquiría el nombre de cibercondría. La noticia describía cómo los pacientes con cibercondría buscaban los síntomas online, y a continuación acudían al médico con una idea predeterminada de la enfermedad que ellos (estaban convencidos) que sufrían.

En 2008, un estudio publicado por la Association for Computing Machinery’s Transactions on Information Systems journal (o TOIS) describía la cibercondría como:  

  • "Una escalada infundada de preocupaciones sobre la sintomatología, basada en la revisión de los resultados de búsqueda y la literatura en Internet".

En un informe posterior presentado en el AMIA Annual Symposium en 2009, los autores decían que las personas que buscaban síntomas frecuentes podían encontrar resultados o contenido sobre una enfermedad seria que causaba un estado de alarma; y que este contenido podría no proporcionar información sobre la probabilidad de que estas enfermedades graves estén presentes, o la posibilidad de que los síntomas puedan tener una causa benigna.

Algunos de los hallazgos de este estudio, realizado sobre 500 participantes, fueron:

  • un aumento en la preocupación sobre el estado de salud basado en búsquedas en Internet (el cual respondían como “siempre” o “a menudo”) en aproximadamente uno de cada cinco personas;
  • las interacciones con la red incrementaba la ansiedad en dos de cada cinco personas;
  • y que las interacciones con la red reducía la ansiedad en la mitad de personas.

Añadían que otros factores, como cuánto de propensa es una persona a la hipocondría y sus niveles de ansiedad en general, también podrían contribuir a esto.

En la introducción, se mencionaba que estudios anteriores habían mostrado que:

  • el 80 por ciento de los adultos habían buscado online información sobre la salud,
  • pero el 75 por ciento no realizó comprobaciones para asegurarse de que la información era válida y precisa, como verificar la fuente.

¿Por qué supone un problema?

Para un paciente, la cibercondría se puede volver cíclica.

Por ejemplo, preocuparse por los síntomas de una enfermedad seria puede llevar a una persona a ser mucho más consciente cuando ocurren pequeños síntomas. Estos pueden ser un dolor de cabeza, o una pequeña imperfección en la piel, o un dolor muscular. Síntomas como estos pueden deberse a varias razones, pero si alguien los asocia con una enfermedad grave, es posible que empiecen a preocuparse más por ellos.

La preocupación les provoca mucho estrés, causando dolor de cabeza o muscular; lo que lleva de nuevo a la preocupación, y así sucesivamente.

Las personas hipocondríacas siempre buscarán la confirmación de un médico, o de internet. Esta confirmación es a menudo solo temporal hasta que notan un nuevo síntomas y vuelven a estar convencidos de que tienen otro problema de salud diferente.

Es también posible que las personas hipocondriacas hagan totalmente lo opuesto, y eviten por completo el contacto con profesionales de la salud o fuentes de información o actividad relacionadas.

La hipocondría puede aumentar y llevar a problemas como depresión o ataques de pánico, por lo que debe ser tratada. Tu médico de cabecera puede ofrecerte ayuda, y derivarte a un psicólogo si lo considera necesario.

La terapia cognitivo-conductual es una forma de tratamiento que los terapeutas usan para ayudar a las personas con hipocondría. Recientemente, investigadores del Imperial College de Londres y del King's College de Londres realizaron un estudio sobre el uso de la terapia cognitivo-conductual en 444 pacientes con ansiedad relacionada con la salud, y descubrieron que es un tratamiento efectivo.

Si la terapia cognitivo-conductual no es adecuada, el terapeuta puede usar otras formas de tratamiento como terapia de trauma.

Por lo tanto, para los profesionales de la salud, abordar el problema de la ansiedad y la cibercondría es muy importante, ya que ayuda a reducir las citas innecesarias en centros médico y hospitales y a liberar recursos.

¿Cómo puedo saber si tengo hipocondría?

El médico o terapeuta evaluará el comportamiento de una persona y le hará preguntas, e intentará identificar si esa persona es hipocondríaca, basándose en sus respuestas.  

Desarrollado por primera vez por Issy Pilowsky en su ensayo de 1967, Dimensions of hypochondriasis, el Whiteley Index es un test que se ha utilizado en algunos estudios para medir la ansiedad de salud. Consiste en varias preguntas sobre la actitud del paciente hacia la enfermedad (por ejemplo: "¿Te preocupas demasiado por tu salud?" Y "¿Tienes miedo a la enfermedad?") Y el paciente recibe una puntuación en función de sus respuestas. No hay una calificación estricta que indique que la ansiedad por la salud está definitivamente presente, pero que alguien con una puntuación alta podría estar experimentando el problema.

¿Cómo seleccionar la información sobre la salud en Internet?

Antes de usar internet para encontrar información relacionada con la salud, es importante considerar:

  • si piensas que eres una persona hipocondríaca;
  • qué tipo de información estás buscando;
  • y dónde puedes encontrar una información fiable.

Si piensa que puede tener hipocondría, entonces buscar información online sobre síntomas o enfermedades puede empeorar la ansiedad. Introducir  síntomas no específicos en los buscadores pueden ofrecer resultados los cuales, en muchos casos, provocan una alarma innecesaria.

Por otro lado, si no eres hipocondríaco, buscar más información sobre los síntomas en una fuente de confianza puede ayudar a reducir la preocupación (o buscar atención médica si fuera necesario). Pero es muy importante realizar estas búsquedas con precaución, y considerar hablar con alguien si se convierte en un hábito frecuente.

Si no eres una persona  que busque online síntomas, y lo que quieres es encontrar información sobre cómo realizar cambios positivos en el estilo de vida (como nutrición o ejercicio físico), entonces internet puede ser de gran ayuda, si sabemos dónde buscar. Además, puede ser de ayuda para aquellas personas que han sido diagnosticadas con una enfermedad y quieren saber más sobre organizaciones y servicios que prestan apoyo.

Si estás buscando este tipo de información, existen algunas comprobaciones que puedes realizar para asegurarte de que el sitio web que estás usando es una fuente fiable.

Por ejemplo comprueba que se trata de una fuente oficial como las gestionadas por el ministerio de sanidad o las comunidades autónomas.

Echa un vistazo a las personas que controlan ese sitio web. También puedes mirar si el sitio tiene algún tipo de política editorial vigente, o si está supervisado por profesionales de la salud.

Si el sitio que estás mirando es una fuente abierta, como un foro, entonces comprueba que está moderado por una organización de reputación. Es importante tener en cuenta que la información publicada en foros puede no haber sido revisada por un profesional de la salud.