Incluso las parejas que están más unidas pueden experimentar dificultades cuando el hombre desarrolla problemas de erección. Desgraciadamente, la mayoría de estos problemas son el resultado de una falta de comunicación.
Afrontar este problema como pareja requiere mucha comprensión, por ambas partes. Es habitual que surja una falta de comunicación entre los hombres y las mujeres. Pero con comprensión, los problemas de erección no tienen por qué ser un desastre, o incluso acabar con una relación.
¿Qué significan los problemas de erección para él?
La confianza en la capacidad para conseguir y mantener una erección firme forma parte de la personalidad de un hombre adulto. Esta capacidad está estrechamente relacionada con la autoestima. Por esta razón podemos decir que cuando un hombre se encuentra con problemas de erección, su autoestima se hunde.
La disfunción eréctil puede hacer que un hombre se sienta avergonzado y culpable, lo que aumenta la dificultad para hablar del problema abiertamente con su pareja. Si el hombre se encierra en sí mismo, su pareja puede pensar que está enfadado con ella, o lo que es peor que ya no está interesado en ella.
Cuando ocurre esta falta de comunicación, el problema se hace más grande. El hombre puede evitar comenzar ningún tipo de acercamiento íntimo por miedo a no ser capaz de conseguir una erección. Esta falta de iniciativa puede llegar a decepcionar a la pareja.
Esto puede convertirse en la pescadilla que se muerde la cola y crear serios problemas de pareja. El se preocupa por la su incapacidad por rendir, mientras que ella lo ve como una falta de interés.
Problemas de erección ¿qué significan para ella?
Es imposible para una mujer entender qué significa experimentar problemas de erección. Del mismo modo es imposible comprender los factores psicológicos que acompañan al problema.
Al igual que ocurre con la pérdida de autoestima en los hombres, la mujeres ven el problema a menudo como algo que ellas están haciendo mal. Ella puede pensar que no es lo suficientemente atractiva para él. Que si fuera más sexy, su pareja no tendría este problema.
Mientras que los hombres se centran en lo que la disfunción eréctil implica en su masculinidad, ella está más preocupada en la relación. Él puede sentir ansiedad y depresión, y ella estar preocupada porque él no habla sobre el tema.
La manera en la que los hombres y las mujeres reaccionan juega un papel vital en sí la disfunción eréctil puede provocar un problema grave de pareja. Intentar comprender cómo el problema afecta a la otra parte una mejor estrategia que preocuparse por lo que cada uno está haciendo mal.
Consejos para los hombres que experimentan disfunción eréctil
Lo primero y más importante, los hombres que experimentan problemas de erección deben visitar a su médico. Existen numerosas razones por la que un hombre puede experimentar problemas de erección. Algunas son psicológicas y otras son físicas. Esto no se puede saber hasta pasar un examen médico.
No culpes a nadie. En la mayoría de los casos no es culpa de los hombres o las mujeres. Hombres de todas las edades experimentan este tipo de dificultades, y la causa puede ser desde los primeros síntomas de un problema cardíaco hasta dificultades para dormir y descansar. Al menos que existan asuntos de pareja que estén sin resolver, culpabilizar a la pareja solo puede empeorar el problema.
Además los hombres deberían hacer todo el esfuerzo posible por comunicarse. Cuando los hombres no hablan, las mujeres piensan que ellas son la causa del problema. El silencio puede convertir el problema en algo mucho mayor.
Consejos para las mujeres cuyas parejas están experimentando problemas de erección
La mujeres tienden siempre a querer mejorar las cosas. Ante esta situación es habitual escuchar las palabras: “no importa”, lo que puede hacer más daño que bien, porque realmente importa mucho a los hombres. Intentar quitarle importancia al problema hará que él se sienta mucho peor.
Además las mujeres deben detener los pensamiento inadecuados. La falta de atracción sexual o “capacidades” en la cama no es probablemente la causa. Trabajar en la autoestima puede ayudar.
Mantener la comunicación abierta es muy importante. Es probable que el no quiera hablar del problema todo el tiempo, pero saber que tiene la posibilidad de hacerlo sin que su ego salga malherido puede definitivamente ayudar.
A menudo los hombres y las mujeres afrontan las situaciones de manera diferente. Ésta es una de las partes que hace que la relación sea interesante y divertida. Pero estas diferencia pueden crear también problemas cuando un hombre se enfrenta a la disfunción eréctil.
Él debe intentar comprender que no es un reflejo de su fuerza o masculinidad. Ella necesita darse cuenta que no significa que esté haciendo algo mal, o que él ya no la encuentra atractiva.
La comunicación es un componente crítico a la hora de afrontar los problemas de erección. Puede no pasar de manera inmediata, pero la posibilidad de dialogar debe estar siempre presente sin la necesidad de sentirse culpable, o señalar a la pareja.
Mitos sobre la Disfunción Eréctil
A todos los hombres que han experimentado dificultades para alcanzar o mantener una erección le inunda una serie cuestiones que van de los ¿Por qué? A los ¿Cómo? Sin duda no es un tema fácil de sacar en una conversación. Y, es totalmente normal que estos hombres busquen toda la información posible por sí mismos, antes de acudir al médico.
Los mitos sobre la salud eréctil son abundantes. La mayoría son relativamente inofensivos, pero no ayudan a solventar el problema. Por lo que si te estás preguntando qué es mito y qué es realidad… en este artículo vamos a desmontar cuatro de los más populares mitos sobre la disfunción eréctil.
Mito 1: Los problemas de erección suceden por una falta de deseo
Realidad: Una erección es una respuesta fisiológica. Este proceso sucede en el cuerpo como resultado de una estimulación.
Es cierto que la falta de deseo sexual puede contribuir a la incapacidad de conseguir una erección, pero no significa que exista un problema físico. El primer paso para que se produzca una erección es la estimulación. Ésta puede venir en la forma de una sensación, fantasías, o en ocasiones simplemente la voz de la pareja. Esa estimulación puede provocar el comienzo del proceso de una erección.
Sin embargo, lo que es estimulación para unas personas puede no serlo para otras. Y lo que es más, lo que fue estimulante en el pasado puede ya no serlo en absoluto. Si no existe el deseo sexual nuestro cerebro no recibirá el estimulo.
La estimulación es el punto de partida y es esencial para comenzar el proceso. Sin esta estimulación es poco probable que ocurra una erección. Existe una relación entre bajos niveles de testosterona y falta de líbido. Cuando hablamos de bajos niveles de testosterona no nos referimos a la pequeña bajada producida por la edad. Nos referimos a un problema en el que los niveles de testosterona están mucho más bajos de lo normal. Esto es algo que tu médico puede determinar mediante ciertas pruebas.
Además, existe una relación a nivel psicológico entre bajos niveles de testosterona y problema de erección. Pero no se da con tanta frecuencia como pudiéramos pensar.
Simplemente porque no encuentres estimulación en tu pareja, no significa que tengas un problema físico que está interfiriendo con tu capacidad para conseguir una erección.
Mito 2: Si llevas ropa interior ajustada, puedes dañar tu capacidad para provocar una erección.
Realidad: No existe una ropa interior mejor o peor para la función eréctil. Puedes llevar la ropa interior que desees: cortos, largos… Incluso, no tienes por qué llevarla si ese es tu estilo.
Este mito parece provenir de la conexión entre la fertilidad y la ropa interior ajustada. Según la popular página web de salud, WebMD la ropa interior apretada puede reducir el número de espermatozoides, mientras que la ropa interior suelta puede potenciar la creación. Debido a que los testículos están fuera del cuerpo, y la temperatura de estos debe ser inferior a la temperatura general del cuerpo, la ropa interior ajustada puede provocar que los testículos se sobrecalienten. Cuando esto pasa el conteo de espermatozoides disminuye.
Al menos que también estés preocupado por el conteo de espermatozoides, puedes enterrar este mito y llevar la ropa interior que desees. Debes entender que el cuerpo necesita varias semanas para producir nuevo esperma. Por lo que si tienes intención de aumentar la familia, echa un vistazo al cajón de la ropa interior.
Mito 3: Todos los hombres tienen problemas de erección al envejecer
Realidad: Los problemas de erección se dan más frecuentemente en hombres mayores, pero eso no significa que envejecer cause impotencia.
La explicación más lógica es que al envejecer comienzan a surgir nuevos problemas de salud que pueden crear dificultades a la hora de alcanzar una erección. Las enfermedades del corazón y la diabetes son dos frecuentes factores. Otros pueden ser problemas vasculares, lesiones e intervenciones quirúrgicas, lesiones de espalda…
Una erección es el resultado de un complejo proceso causa-efecto. Después de que una estimulación llega al cerebro, se envía una señal que viaja a través de la columna vertebral hasta alcanzar los nervios sacros. Entonces se libera, óxido nitroso hacia el pene. A continuación, las células del músculo liso se relajan, algunos vasos sanguíneos se dilatan, otros se contraen y la sangre fluye hacia los dos tubos esponjosos que recorren el pene.
Son numerosas las partes del cuerpo que están involucradas en una erección, por lo que es fácil de imaginar cómo una lesión o una enfermedad afecta a alguna de estas partes pueden impedir que se produzca una erección. O por lo menos hacer que sea más difícil que se produzca. Vasos sanguíneos que se encuentran bloqueados, nervios dañado, y otros muchos problemas pueden tener un impacto negativo en el proceso de una erección.
Los problemas de erección se dan más frecuentemente en hombres mayores, pero no es la edad la culpable, sino otras enfermedades o problemas de salud.
Mito 4: El ejercicio es bueno para ti, y montar en bici no puede generar daños
Realidad: Esto es un mito a medias. Montar en bici es una actividad saludable. Hace que nuestro corazón y músculos trabajen, y hace que salgamos al exterior y respiremos aire fresco. Pero mucho de algo bueno, puede ser demasiado... al menos para algunos hombres.
Cuando nos sentamos, el peso queda soportado por las llamadas tuberosidades isquiáticas. En el complejo sistema que genera una erección, los nervios y los vasos sanguíneos que abastecen al pene son muy delicados y pueden ser dañados cuando se les somete a un exceso de carga durante largo periodos. Desafortunadamente, los sillines de las bicicletas son mucho más incómodos que las sillas convencionales. Ofrecen poco apoyo para las tuberosidades isquiáticas, por lo que el peso es soportados por la parte del cuerpo donde estos nervios sensitivos y vasos sanguíneos que abastecen al pene residen.
Cuando nos sentamos en una bici con un sillín convencional, comprimimos aquellos vasos sanguíneos y nervios que deberíamos estar protegiendo. Por suerte existen sillines de bicis especiales que pueden ayudar a reducir la presión.
No estamos diciendo que debas guardar la bici en el trastero y abandonar tu afición. Simplemente, debes ser consciente que montar en bici largas distancias puede poner estas partes sensibles en riesgo. Por lo que si tienes problemas de erección y eres un ciclista habitual, puede ser una buena idea reducir el tiempo que pasas en sillín de la bicicleta y buscar una nueva actividad cardiovascular para combinar. La disfunción eréctil puede surgir por muchas razones como enfermedades, daños en la columna, nervios, o vasos sanguíneos, o por bloqueos en los vasos sanguíneos.
Si estás experimentando problemas de erección, olvídate de los mitos y busca ayuda.